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Insulta, si no tienes argumentos dijo Schopenhauer
Insultar como sistema de relación y comunicación es una constante en la vida pública y privada . Buen reflejo son los comentarios manifestaciones de los lectores de elDiario.es en temas de actualidad, en que alrededor del 25 % insultan.
¿Qué es un insulto? Según la Rae insultar es ofender provocando de palabra o obra.
¿Por qué se insulta? Lo más corriente es por frustración, propia, necesidad de ejercer poder sobre otro, como mecanismo de defensa ante una agresión sentida , aunque no sea real.
La IA da las siguientes razones para Insultar:
Frustración o Ira: A veces, las emociones intensas pueden llevar a las personas a reaccionar de manera impulsiva y utilizar insultos como una forma de expresar su enojo.
Conflictos Interpersonales: En situaciones de desacuerdo o conflicto, los insultos pueden usarse para atacar a la otra persona en lugar de abordar el problema en cuestión.
Baja Autoestima: Algunas personas insultan a los demás para sentirse mejor consigo mismas o para intentar establecer poder sobre otros.
Cultura o Entorno: En algunos grupos sociales, el uso de insultos puede ser más común y considerado como una forma de comunicación habitual, incluso si se considera inapropiado en otros contextos.
Humor: En ocasiones, los insultos se usan de manera juguetona entre amigos, donde todos entienden que no son serios.
Schopenhauer en el “Arte de insultar” , y en “La Dialéctica erística o el arte de tener razón”, apoyándose en Aristóteles , expuesta en treinta y ocho estratagemas que podrían ser libros de cabecera de algunos políticos y tertulianos, dice .
“ Cuando se advierte que el adversario es superior y que uno no conseguirá llevar razón, personalícese, séase ofensivo, grosero. El personalizar consiste en que uno se aparta del objeto de la discusión (porque es una partida perdida) y ataca de algún modo al contendiente y a su persona: esto podría denominarse argumentum ad personam, a diferencia del argumentum ad hominem: éste parte de un objeto puramente objetivo para atenerse a lo que el adversario ha dicho o admitido sobre él. Al personalizar, sin embargo, se abandona por completo el objeto y uno dirige su ataque a la persona del adversario: uno, pues, se torna insultante, maligno, ofensivo, grosero. Es una apelación de las facultades del intelecto a las del cuerpo, o a la animalidad.
Y en El arte de ser respetado dice“ una calumnia sumaria, sin dar razones: esto podría expresarse bien en griego [el insulto es una calumnia abreviada] Indudablemente, el que insulta así revela claramente que no puede afirmar nada real o verdadero contra el otro. De lo contrario, de hecho, proporcionaría esto como premisa y haría que los oyentes sacaran las conclusiones con calma, con el insulto en cambio proporciona la conclusión y permanece en deuda con las premisas: quiere dar la impresión de que esto sucede solo en aras de la brevedad”
De esto hace unos 200 años.
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